31/10/19

Cáncer, ¿cuestión de 'mala suerte'? [31-10-19]


Cáncer, ¿cuestión de 'mala suerte'?

Cáncer, ¿cuestión de 'mala suerte'?

El riesgo de padecer cáncer no se debe tan solo a factores genéticos o al azar. Ciertos estilos de vida modificables condicionan el riesgo de cáncer de una persona. Estos incluyen la dieta, la actividad física, el consumo de alcohol y tabaco o la exposición a radiaciones.


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El cáncer supone una de las principales causas de mortalidad del mundo. Según los últimos datos actualizados que ofrece la Organización Mundial de la Salud, en 2012 se diagnosticaron 14 millones de nuevos casos y se prevé que esta cifra aumente en un 70% en las próximas décadas. En España, según las previsiones de la Sociedad Española de Oncología Médica, en 2020 se diagnosticarán 246.713 nuevos casos de cáncer, frente a los 215.534 casos que se diagnosticaron en 2012. Los tumores más frecuentes son el cáncer de colon, seguido del cáncer de próstata, pulmón, mama y vejiga. Se estima que 3 de cada 10 hombres y 2 de cada 10 mujeres murieron en 2012 a causa del cáncer.

En 2015, la prestigiosa revista Science publicó una investigación en la que se concluía que dos tercios de los cánceres se deben a la 'mala suerte' o azar, es decir, a mutaciones aleatorias que ocurren durante la replicación del ADN; mientras que solo un tercio se atribuye a factores externos y ambientales en los cuales que podemos incidir, a través de ciertos estilos de vida. Estas cifras provocaron un extenso debate y en 2016 la revista Nature publicó un estudio en el que se concluyó que el estilo de vida y la exposición a ciertos factores de riesgo ambientales influyen en el desarrollo de un 70-90% de los cánceres. Este estudio remarcó que el control de ciertos factores como el consumo de tabaco, alcohol, una mala alimentación y la inactividad física puede modular el riesgo de padecer cáncer.

Los datos epidemiológicos nos hablan de que, por ejemplo, en el Reino Unido el 43% de casos de cáncer y el 50% de muertes ocasionadas por el propio cáncer en 2010 se atribuyeron al estilo de vida y a los factores ambientales. Pese a las discrepancias en los porcentajes, a día de hoy sabemos que muchos tipos de cáncer están provocados por un estilo de vida poco saludable y que esa 'mala suerte', en el fondo, no es tan influyente como se pensaba. Pero ¿qué hábitos pueden ayudarnos a reducir el riesgo de padecer cáncer?

Un mayor índice de masa corporal –que es el ratio entre peso (kg) y estatura (metros) al cuadrado y, por tanto, dependiente de tu peso– se asocia con un mayor riesgo de padecer 17 de los 22 tipos de cáncer más comunes. Así, reducir la obesidad a través de ejercicio físico y dieta y reduciendo la ingesta de azúcares y grasas saturadas, es un eficaz método para reducir el riesgo de cáncer. Además el consumo de alimentos procesados y productos ricos en azúcares incrementa hasta en tres veces el riesgo de cáncer de próstata, mientras que el consumo de hidratos de carbono complejos y fibra, presentes en legumbres, frutas y granos enteros se asocia con un menor riesgo de cáncer colorrectal, cáncer de mama y de próstata.

La actividad física reduce el riesgo de cáncer a través de la reducción de la obesidad pero también mediante la liberación de sustancias químicas que el músculo libera a la sangre repartiéndose por todos los tejidos del organismo. En un estudio donde participaron cerca de millón y medio de personas se pudo comprobar que aquellas que realizaban mayores niveles de actividad física en su tiempo libre mostraron un menor riesgo de desarrollar 13 de los 26 tipos de cáncer analizados. Recientemente, se ha demostrado que las mujeres activas tienen hasta un 71% menos de riesgo de padecer cáncer de mama, con independencia de si son delgadas o tienen sobrepeso.

Otro conocido responsable de aumentar el riesgo de cáncer, en concreto el cáncer de pulmón, es el tabaco. Según estimaciones de la Asociación Española Contra el Cáncer hasta el 90% de los cánceres de pulmón ocurre en fumadores mientras que el 30% de las muertes por cáncer pueden estar ocasionadas por el tabaco. Sin embargo, también el alcohol incrementa el riesgo de algunos tipos de cáncer. Se estima que el 3,6% de todos los cánceres se atribuyen al consumo de alcohol. Aunque el efecto negativo proviene del abuso del alcohol, cierta evidencia sugiere que la ingesta de una bebida alcohólica diaria aumenta el riesgo de cáncer para la cavidad orofaríngea, esófago y mama.

Los distintos tipos de radiación pueden incrementar el riesgo de algunas formas de cáncer. Así, la exposición prolongada a radiación ultravioleta no ionizante, la del Sol, puede provocar cáncer de piel o melanoma, la forma de cáncer más común en el mundo. Las radiaciones ionizantes, como las utilizadas para obtener imágenes médicas, pueden inducir algunos tipos de cáncer.

En conclusión, más allá de la 'mala suerte' que acompaña al riesgo de padecer algunos tumores, seguir ciertos estilos de vida hará que incrementemos nuestras posibilidades de padecer cáncer. No todo es azar en el cáncer sino que cada persona tiene el poder de minimizar su riesgo a través de hábitos que reduzcan su obesidad, inactividad física, consumo de alcohol y tabaco o la exposición prolongada a radiación. De hecho, la conocida como 'triada tóxica del cáncer', que incluye inactividad física, baja condición física y obesidad, eleva la incidencia de cáncer y la mortalidad.

30/10/19

5 beneficios de la lectura para nuestra salud [30-10-19]


5 beneficios de la lectura para nuestra salud  leer

5 beneficios de la lectura para nuestra salud

Leer libros puede aumentar nuestra esperanza de vida. ¿Qué otros beneficios nos aporta la lectura?

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Para muchos de nosotros, no hay nada como perderse en un buen libro; La lectura nos permite escapar de las tensiones cotidianas del día a día, cierto es, pero cada vez más investigaciones están descubriendo algunos beneficios muy reales para la salud y el bienestar. En concreto, un estudio de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Yale (EE.UU.) y publicado en la revista Social Science & Medicine concluyó que leer libros puede aumentar nuestra vida útil. Veamos algunos beneficios más.

1. Leer reduce el estrés

El estrés se cree que contribuye a alrededor del 60% de todas las enfermedades. Puede aumentar los riesgos de accidente cerebrovascular (en un 50%) y enfermedades del corazón (en un 40%). Nuestro ritmo de vida hace casi imposible eliminar el estrés por completo, pero hay cosas que podemos hacer para reducir el estrés y evitar que se convierta en un grave problema de salud. Una de ellas es la lectura. Según un estudio de 2009 realizado por la Universidad de Sussex (Reino Unido), la lectura puede reducir los niveles de estrés en un 68%, incluso más que escuchar música o ir a pasear. Tan solo 6 minutos de lectura -ya sea un periódico o un libro- reducen el ritmo cardíaco y la tensión muscular.

2. Leer frena el deterioro cognitivo

A medida que envejecemos, nuestro cerebro se ralentiza, y las tareas cognitivas que nos resultaban fáciles -como recordar un nombre o el número de piso de un conocido- ya no lo son tanto. Sin embargo, según varios estudios, la lectura podría ayudar a frenar o incluso prevenir el deterioro cognitivo. Además, un estudio realizado por investigadores del Rush University Medical Center en Chicago (EE.UU.) y publicado en la revista Neurology, concluyó que la lectura y otras actividades que estimulan la mente pueden retrasar la demencia. Estos resultados apoyan los de un estudio anterior publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, que halló que los adultos mayores que leían, jugaban al ajedrez y participaban en otras actividades de desafío mental tenían 2,5 veces menos probabilidades de desarrollar alzhéimer.

3. Leer mejora el sueño

Los teléfonos inteligentes o smartphones se han convertido en nuestros compañeros de cama habituales. ¿Qué de malo hay en echar un vistazo rápido a Facebook antes de apagar las luces? Pues la ciencia nos confirma que puede causar estragos en el sueño. Un estudio de 2016 publicado en la revista Social Science & Medicine confirmó que el uso de un smartphone justo antes de acostarse está relacionado con una duración de sueño más corta y peor calidad de sueño. Esto se debe principalmente a que la luz emitida por los dispositivos reduce la producción de melatonina en el cerebro, una hormona que nos dice cuándo  dormir.

4. Leer puede mejorar las habilidades sociales

Algunas personas ven los libros como una forma de escapar del mundo real y puede que de las personas que lo componen, pero la ciencia ha demostrado que cuando se trata de habilidades sociales, la lectura puede tener sus puntos positivos. Así, un estudio de 2013 publicado en la revista Science, por ejemplo, halló que las personas que leen ficción pueden tener una mejor “teoría de la mente”, es decir, la capacidad de entender que las creencias, deseos y pensamientos de las personas son diferentes a los suyos; esto es, tener más empatía. “Lo distintivo de los seres humanos es que hacemos intercambios sociales con otras personas -con amigos, con parejas, con niños- que no están preprogramadas por instinto. La ficción puede aumentar y a mejorar nuestra experiencia social”, explica Keith Oatley, líder del trabajo.

5. Leer nos hace más inteligentes

Muchos estudios han demostrado que la lectura puede aumentar el vocabulario de un individuo, que se ha relacionado con una mayor inteligencia. Aún mejor. Parece que cuanto más fuertes son las habilidades iniciales de lectura de una persona, más inteligente es. Un estudio de 2014 publicado en la revista Child Development determinó que los niños con mejores habilidades de lectura a la edad de 7 años obtuvieron calificaciones más altas en los tests de Cociente Intelectual que aquellos con habilidades de lectura más débiles. La lectura influye causalmente en la inteligencia.

29/10/19

Siete ejercicios que deberías eliminar de tu rutina [29-10-19]


Siete ejercicios que deberías eliminar de tu rutina

 Siete ejercicios que deberías eliminar de tu rutina

Aunque no lo crea, no sería tan positivo hacer abdominales y otros ejercicios que necesitan movimientos que en la vida cotidiana nos dañarían.


Se viene el verano y muchos ya comienzan a prepararse, por lo que retoman o intensifican la rutina de ejercicios.

Pero aunque practiquen en un gimnasio, no siempre tienen la ayuda de un experto que les corrija la postura, por ejemplo, por eso, el The Huffington Post  hizo un listado de los ejercicios que debes dejar de hacer.


1-. Abdominales

Ben Greenfield, entrenador de fuerza y condición física y bloguero de The Huffington Post, explica que estos "no funcionan tan bien como crees y son peligrosos: imagina que tu columna es una tarjeta de crédito. Igual que al flexionarla y tensarla, la tarjeta se desgastaría, hacer el movimiento abdominal de forma repetida puede crear un daño irreparable en tu espalda".

2-. Máquina de abductores

Chris Freytag, experta en fitness, dice que centrarse en los músculos menores de la cadera "no resulta demasiado efectivo y la verdad es que la mayoría de la gente que utiliza la máquina se pone a hablar con un amigo o a leer un libro, sin prestar atención al ejercicio".


3-. Polea tras la nuca


"Para hacer este movimiento hay que tener unos hombros muy flexibles. Si no, puedes dañarte el hombro y el manguito de los rotadores [conjunto de músculos y tendones que proporcionan exactamente estabilidad al hombro]. La mayoría de entrenadores recomienda bajar la barra por delante de los hombros, utilizando así los dorsales de forma más segura", señala Ramona Braganza, entrenadora de famosos y creadora de 321 Fitness.


4-. Levantamiento de 'kettlebells'

Este consiste en levantar la pesa por debajo de la ingle hasta completar un ángulo de 90º con el tronco. Collette Stohler, autora de The Intuitive Athlete, indica que este ejercicio en particular puede resultar beneficioso para todo tipo de personas, pero para realizarlo bien, se debe tener "buen equilibrio y una movilidad sólida en los hombros. Si no, puede que luego te duelan la espalda y los hombros".


5-. Levantamiento de pesas con soporte

"La gente tiene que entender que este ejercicio no es recomendable. En realidad puedes hacer pesas en cualquier sitio. Su peso es relativamente ligero. Se pueden levantar sin problema del suelo, pero si estás en cuclillas, necesitas un soporte. Debes practicar con un peso más o menos cómodo y usar barras de seguridad por si algo no sale bien en el entrenamiento", precisa Pat Davidson, director de metodología de entrenamiento en Peak Performance en Nueva York.


6-. Máquina de extensión de piernas


Alena Hall, entrenadora personal, explica que una máquina como esta "no funciona igual para todo el mundo y te obliga a llevar a cabo el ejercicio desde una posición que no es natural. Cuando hacemos extensión de piernas, estamos realizando un ejercicio no funcional, que no reproducimos en la vida diaria".

7-. Máquina Smith

Al igual que la máquina anterior, con esta se realiza un movimiento que fuera del gimnadio jamás harías. Por lo mismo "si realizas este movimiento en la vida real (como levantar un objeto pesado desde el suelo), te harás daño sin duda", dice Alison Peters, psicóloga del deporte en NYU Langone Medical Center.
 

28/10/19

Un cerebro mal conectado en los adictos a Internet [28-10-19]

Un cerebro mal conectado en los adictos a Internet

Un cerebro mal conectado en los adictos a Internet

Se han descrito diversas alteraciones en la estructura cerebral cerebro de personas con esta adicción.

La adicción en general es un trastorno antiguo, pero algunas adicciones son más modernas. Una de las que destaca  por su gran repercusión en la vida es la adicción a internet que puede afectar a poblaciones jóvenes como los adolescentes. Todo ello ha llevado a un cuerpo importante de investigadores a estudiar el modo en que se relaciona esta conducta adictiva con el cerebro en estos chicos y chicas. Uno de esos estudios se ha llevado a cabo por Fuchun Lin y varios colaboradores de diversas entidades de investigación chinas.

Se han descrito diversas alteraciones en la estructura cerebral cerebro de personas con esta adicción. Concretamente parece que la corteza prefrontal y el cuerpo estriado muestran diferencias tanto en su estructura como en su funcionamiento cuando se comparan con los de personas sin adicción a internet.

No obstante, hay aún bastante desconocimiento sobre qué sucede a otros niveles, como por ejemplo sobre qué es lo que sucede en los circuitos que unen la corteza con esas áreas estriadas. Averiguar esto ha sido el objetivo fundamental del trabajo de Lin y su equipo, un trabajo cuyos resultados han sido publicados recientemente en la revista científica Frontiers in Human Neuroscience (2015).

El experimento ha contado con la participación de 14 adolescentes con trastorno de adicción a internet y de 15 adolescentes sanos como grupo de control. Los investigadores han empleado resonancia magnética funcional en reposo y han realizado evaluaciones neuropsicológicas a todos los participantes, incluyendo variables como la impulsividad, la gestión del tiempo o los trastornos emocionales relacionados con la ansiedad.

Los resultados mostraron que existen patrones de conexión diferentes entre en los circuitos que unen diferentes áreas del cerebro. Se encontró una menor conectividad entre distintas zonas de estructuras como el núcleo estriado o el núcleo caudado con áreas del cíngulo, el tálamo o el giro frontal inferior. También  se registró mayor conectividad entre una estructura conocida como putamen y una zona de la corteza cingulada.

De forma general encontramos que hay conexiones alteradas entre las estructuras dedicadas al procesamiento de las emociones, de la motivación y de procesos mentales como el control cognitivo. Además, las alteraciones en la conectividad neural correlacionaron significativamente con el resultado en los test neuropsicológicos, mostrando una relación entre lo observado a nivel neural y el comportamiento de los adolescentes con adicción a internet.

Esperemos que todos estos hallazgos permitan encontrar formas más eficaces de tratar esta patología que causa tantos estragos en la vida de quien la sufre.
 

27/10/19

En los adultos mayores, la pérdida auditiva podría estar relacionada con una muerte precoz [27-10-19]

En los adultos mayores, la pérdida auditiva podría estar relacionada con una muerte precoz

En los adultos mayores, la pérdida auditiva podría estar relacionada con una muerte precoz

Los hallazgos no prueban que los problemas de oído tengan la culpa, pero dirigen la atención a los problemas con la calidad de vida

Los adultos mayores con déficits de audición podrían tener una esperanza de vida más baja que sus pares sin problemas auditivos, sugiere un estudio reciente.

De casi 1,700 adultos a partir de los 70 años de edad, los que tenían pérdida auditiva presentaban entre un 21 y un 39 por ciento más de probabilidades de morir durante los próximos años, hallaron los investigadores.

Los expertos enfatizaron que los hallazgos, que aparecen en la edición en línea del 24 de septiembre de la revista JAMA Otolaryngology-Head & Neck Surgery, no prueban que los déficits de audición en sí acorten las vidas de las personas.

"Se trata de una observación interesante, pero también hay que tomársela con un granito de sal", dijo la Dra. Ana Kim, directora de investigación en otología del Hospital del Ojo y el Oído de Nueva York de Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York, que no participó en la investigación.

"La mortalidad tiene muchas variables", comentó. "Sería demasiado simplista decir que se debe a los problemas de audición".

El investigador líder, Kevin Contrera, de la Universidad de Johns Hopkins en Baltimore, se mostró de acuerdo en que los hallazgos no prueban que la pérdida auditiva sea la culpable.

Pero dijo que los resultados del estudio dirigen la atención al hecho de que la pérdida auditiva simplemente no es una parte normal del envejecimiento.

"La gente tiende a pensar que todo el mundo pierde audición cuando envejece", dijo Contrera. "Pero perder el oído tiene efectos importantes en su vida".

Alrededor de una tercera parte de los adultos de 65 a 74 años de edad de EE. UU. presentan una pérdida auditiva al menos leve, según los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU. Lo mismo sucede con casi la mitad de las personas a partir de los 75 años.

Para el nuevo estudio, Contrera y sus colaboradores revisaron datos de una encuesta de salud continua del gobierno. Los investigadores se concentraron en casi 1,700 adultos a partir de los 70 años de edad que se habían sometido a pruebas auditivas.

En total, 589 de los participantes del estudio tenían una pérdida auditiva leve, mientras que 550 presentaban problemas de oído entre moderados y graves. Los demás, un total de 527, tenían un oído normal.

Los adultos mayores con pérdida auditiva tendían a presentar también otros problemas, como unas tasas más altas de tabaquismo, enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular. Pero incluso cuando los investigadores tomaron ese hecho en cuenta, las personas con pérdida auditiva tenían un riesgo más alto de morir en los próximos seis años.

Contrera apuntó que otras investigaciones han vinculado la pérdida auditiva con una peor salud física y un declive más rápido en la memoria y las habilidades de pensamiento. Es plausible que la pérdida auditiva pudiera haber contribuido de forma directa a las tasas más altas de mortalidad observadas en este estudio.

Pero, apuntó Kim, el estudio no tomó en cuenta todos los factores que afectan a la longevidad de la gente. Y aunque la pérdida auditiva se ha vinculado con otros problemas de salud, no está claro que los problemas con el oído sean la causa, señaló.

Kim dijo que, idealmente, los estudios observarían los efectos de tratar la pérdida auditiva. Por ejemplo, ¿los pacientes que reciben audífonos viven unas vidas más largas y sanas?

Contrera se mostró de acuerdo. "La gran pregunta es si los audífonos y otras terapias tienen un impacto", planteó.

Independientemente de si la pérdida auditiva afecta al final a la longevidad, sí afecta la calidad de vida, dijeron tanto Kim como Contrera.

Los adultos mayores con problemas auditivos podrían evitar salir y socializar, en esencia "divorciándose de la vida", observó Contrera.

"Si cree que tiene un problema de oído, no dude en evaluarse", aconsejó Kim. "Se trata de un tema de la calidad de la vida".

Contrera comentó que se calcula que en estos momentos apenas una quinta parte de las personas con una pérdida auditiva "clínicamente significativa" usan audífonos.

Un problema es la falta de concienciación, dijo. "Con frecuencia, las personas simplemente no reconocen los efectos que la pérdida auditiva puede tener sobre sus vidas".

Pero también hay barreras prácticas. Los audífonos son imperfectos, dijo Contrera, y, por ejemplo, para las personas puede resultar difícil escuchar cuando hay mucho ruido de fondo.

"Sin duda debemos mejorar la efectividad de los audífonos", dijo Contrera.

Y también está el costo. Los audífonos son caros (unos 4,000 dólares o más), dijo Contrera, y no están cubiertos por el seguro ni por Medicare.

"Un audífono puede terminar siendo la tercera compra más cara de su vida, tras su vivienda y su coche", comentó Contrera.

26/10/19

El estrés del trabajo podría hacer que usted enferme, según un estudio [26-10-19]

El estrés del trabajo podría hacer que usted enferme
Estrés Laboral

El estrés del trabajo podría hacer que usted enferme, según un estudio

Vinculan unos niveles altos de estrés con más licencias por problemas de salud mental


Unos niveles altos de estrés en el trabajo podrían aumentar el riesgo de tomar licencia por enfermedad provocada por trastornos de salud mental, según un estudio reciente.

Los investigadores analizaron los datos de casi 12,000 trabajadores de Suecia. A lo largo de cinco años, aproximadamente el 8 por ciento de los trabajadores tomaron licencia por enfermedad debida a problemas de salud mental. Tres cuartas partes de los tomaron una licencia por alguna enfermedad de salud mental eran mujeres.

Los trabajadores con trabajos exigentes, una gran tensión laboral y poco respaldo social en el trabajo tenían un riesgo más alto de tomar licencias por enfermedad de salud mental, al igual que los que llevaban un estilo de vida malsano. Fumar era un factor de riesgo significativo de licencia por enfermedad de salud mental, pero el alcohol no lo era.

Unos niveles altos de actividad física reducían el riesgo de licencia por enfermedad de salud mental, según el estudio publicado en la edición de agosto de la revista Journal of Occupational and Environmental Medicine.

Los hallazgos se suman a las investigaciones anteriores que muestran que las afecciones psicológicas en el lugar de trabajo afectan a las tasas de licencias por enfermedad de salud mental, y podrían sugerir maneras de reducir el riesgo, según la investigadora Lisa Mater, del Karolinska Institutet de Estocolmo, y sus colaboradores.

"Las intervenciones para reducir las licencias por enfermedad por trastornos mentales que se centren en la mejora del entorno laboral psicosocial, sobre todo la reducción de las exigencias laborales psicosociales, podrían resultar efectivas", escribieron.

Los intentos de que los trabajadores adopten estilos de vida más saludables sin abordar los problemas en el lugar de trabajo podrían ser menos efectivos, añadieron los autores del estudio.

25/10/19

¿Podría la soledad ser una señal temprana de Alzheimer? [25-10-19]

¿Podría la soledad ser una señal temprana de Alzheimer?

¿Podría la soledad ser una señal temprana de Alzheimer?

Las personas con 'biomarcadores' de la enfermedad del cerebro eran más propensas a sentirse socialmente desvinculadas, encuentra un estudio

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Unos sentimientos sutiles de soledad podrían ser una señal de advertencia de la inminencia de la enfermedad de Alzheimer en las personas mayores, sugiere un nuevo estudio.

Las personas mayores sanas con unos niveles cerebrales elevados de amiloidea (un tipo de fragmento de proteína asociada con la enfermedad de Alzheimer) parecen ser más propensas a sentirse solas que las personas con unos niveles más bajos de amiloidea, encontraron los investigadores.

"Las personas con niveles altos de amiloidea (las que de verdad tienen un riesgo alto de Alzheimer) tenían 7.5 veces más probabilidades de sentir soledad que de no sentirla", señaló la investigadora líder, la Dra. Nancy Donovan, directora del Centro de Investigación y Tratamiento del Alzheimer en el Hospital Brigham and Women's, en Boston.

Hace mucho que los estudios han mostrado que las personas que permanecen socialmente activas son menos propensas a desarrollar demencia, dijo Donovan.

Pero los resultados del nuevo estudio sugieren que la relación quizá también funcione en el sentido contrario: las personas en las primeras etapas del Alzheimer quizá sean más propensas a sentirse solas, o socialmente desvinculadas.

"Las personas que comienzan a acumular amiloidea quizá no funcionen igual de bien en términos de percibir, comprender o responder a los estímulos o interacciones sociales", planteó Donovan. "Esta podría ser una señal social temprana de cambio cognitivo [mental]".

Si se comprueba, los médicos quizá puedan evaluar el Alzheimer al prestar más atención a la salud emocional de los pacientes, sugirió.

Las placas cerebrales formadas por las pegajosas proteínas amiloideas son una característica de la enfermedad de Alzheimer, la causa más común de demencia, según los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU. Esas placas se forman en los espacios entre las células del cerebro en los pacientes de Alzheimer, aunque su conexión con la enfermedad no se comprende del todo en la actualidad.

Para examinar la relación entre la soledad a una edad avanzada y el riesgo de Alzheimer, Donovan y sus colaboradores examinaron a 43 mujeres y a 36 hombres que tenían una edad promedio de 76 años. Todos estaban sanos y sin señales de Alzheimer o demencia.

Los investigadores utilizaron pruebas psicológicas estándares para medir el grado de soledad de cada persona, y escáneres de imagen para detectar la cantidad de proteína amiloidea en sus cerebros. Los investigadores se enfocaron de forma particular en los niveles de amiloidea en la corteza cerebral, una parte del cerebro que tiene un rol esencial en la memoria, la atención, la percepción y el pensamiento.

Las personas con unos niveles altos de amiloidea en la corteza tenían 7.5 veces más probabilidades de ser clasificadas con soledad, incluso después de que los investigadores tomaran en cuenta qué tan socialmente activas eran y si sufrían de depresión o ansiedad.

Al tomar en cuenta el alcance de la red social de la persona, el equipo de Donovan mostró que las personas mayores que se sienten aisladas o socialmente desvinculadas incluso cuando están rodeadas por sus amigos y familiares podrían tener un riesgo elevado de Alzheimer.

Pero el estudio no prueba una relación causal directa entre ambas cosas.

La Dra. Gisele Wolf-Klein, directora de educación geriátrica de Northwell Health en Great Neck, Nueva York, dijo que este hallazgo es "muy nuevo" y podría apuntar a formas novedosas de asociar las emociones de una persona con el riesgo de demencia.

Pero el estudio se realizó con un grupo muy pequeño de adultos mayores de Boston, una ciudad donde la gente por lo general tiene un nivel educativo más alto y podría estar más en contacto con sus emociones, añadió Wolf-Klein. Se necesitan estudios más grandes con distintos tipos de personas para validar estos hallazgos, comentó.

"Si estudios más grandes lo comprueban, la pregunta sería qué tipo de intervención resultaría", dijo Wolf-Klein. "Si se pudiera tener un impacto en la soledad al crear intervenciones que eliminaran la soledad de las personas y les hicieran participar en eventos sociales, ¿habría menos probabilidades de progresión a la demencia?".

Dean Hartley es director de iniciativas científicas y relaciones médicas y científicas de la Asociación del Alzheimer (Alzheimer's Association).

Hartley dijo que en las etapas iniciales del Alzheimer, pueden haber "cambios conductuales que quizá sean un síntoma de deterioro cognitivo leve o demencia".

En el futuro, los médicos podrían entrenarse para estar atentos a la soledad, la apatía, los cambios en el estado de ánimo o la impulsividad social como señales tempranas del Alzheimer, señaló.

"Creemos que este [nuevo hallazgo] es importante, y tengo el presentimiento de que oiremos más al respecto", dijo Hartley. "A medida que desarrollemos tratamientos para el Alzheimer, mientras antes se diagnostique y trate, mejores serán los resultados".

Los resultados del nuevo estudio aparecen en la edición en línea del 2 de noviembre de la revista JAMA Psychiatry.