Se deben realizar pruebas de depresión a todas las mujeres embarazadas y en el periodo postparto, según un panel
Hasta una de cada diez muestra señales del trastorno del estado de ánimo tras el parto, según un grupo de trabajo
Todos los adultos de EE. UU., incluyendo a las mujeres embarazadas y en el periodo postparto, deben recibir pruebas de depresión de parte de su médico de familia, según el principal panel sobre medicina preventiva del país.
Además, los médicos deben hacer un seguimiento y administrar un tratamiento a todo el que obtenga un resultado positivo de depresión, concluyó el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE. UU. en una actualización de sus directrices sobre la evaluación de la depresión.
Esta es la primera vez que el panel ha propugnado específicamente las pruebas de depresión en el embarazo y poco después del parto. Citó un estudio de EE. UU. que encontró que el 9 por ciento de las mujeres embarazadas y más del 10 por ciento de las mujeres en el periodo postparto exhibían señales de depresión mayor.
El Colegió Americano de Obstetras y Ginecólogos (American College of Obstetricians and Gynecologists, ACOG) se alegró de la recomendación.
"Dado que menos del 20 por ciento de las mujeres a las que se diagnostica depresión perinatal reportan sus síntomas ellas mismas, la evaluación de rutina por parte del médico es importante para garantizar un seguimiento y un tratamiento adecuados", señaló en una declaración el Dr. Mark DeFrancesco, presidente del ACOG.
La depresión puede ser nociva tanto para el bebé como para la madre, al interferir con sus interacciones y afectar a las relaciones sociales y el rendimiento escolar, anotó el panel. Los factores de riesgo durante el embarazo y en el periodo postparto incluyen una baja autoestima, el estrés del cuidado del niño, la ansiedad prenatal y un respaldo social bajo, según el informe.
El nuevo informe, publicado el 26 de enero en la revista Journal of the American Medical Association, actualiza a una recomendación parecida del panel, emitida en 2009, que planteaba la evaluación de rutina para todos los adultos.
En general, los médicos de atención primaria deben ser capaces de tratar la mayoría de casos de depresión no complicada, y remitir los casos más complejos al psiquiatra, comentó el Dr. Michael Pignone, miembro del grupo de trabajo y director del Instituto para la Mejora de la Calidad de la Atención Sanitaria de la Universidad de Carolina del Norte.
"Es parte de nuestro trabajo", dijo Pignone.
Las opciones de tratamiento incluyen la terapia con un psicólogo o trabajador social clínico licenciado, o los antidepresivos.
El grupo de trabajo es un panel independiente y voluntario de expertos nacionales en medicina preventiva. Publica recomendaciones, y las actualiza de forma regular para asegurarse de que las evidencias médicas sigan respaldando sus directrices.
La depresión es una de las principales causas de discapacidad en las personas de a partir de 15 años, anotó el panel.
Millones de adultos sufren de depresión y no lo saben, dijo el Dr. Michael Thase, profesor de psiquiatría de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania.
En cualquier momento dado, entre el 5 y el 10 por ciento de los adultos de EE. UU. sufren de un trastorno depresivo, pero la mitad no reciben tratamiento para la depresión, lamentó Thase.
Las directrices sobre la depresión del grupo de trabajo buscan detectar y ayudar a esos adultos que tienen depresión sin saberlo, dijo Pignone.
"Se trata de pruebas de detección, no de diagnosticar a la gente que va al consultorio del médico y que le dice que está deprimida. El valor potencial de las pruebas de detección está en las personas a quienes no se hallaría como parte de la atención clínica regular", planteó.
Algunas personas quizá no quieran reconocer que están deprimidas debido al estigma que rodea a la enfermedad mental, dijo Pignone. Otras quizá piensen que solo están tristes y que se les pasará.
"Los síntomas podrían parecerle más físicos a algunas personas", añadió. Por ejemplo, la depresión podría provocar dolor de estómago o cabeza, o problemas para dormir.
El grupo de trabajo no recomendó ningún cuestionario en particular para la detección de la depresión porque "hay muchas buenas herramientas y no hay ninguna herramienta que se deba recomendar por encima de las demás", según Pignone.
La herramienta de detección más común, el Cuestionario de Salud del Paciente, consiste en 10 preguntas sencillas que se pueden responder en unos minutos, según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU.
El grupo de trabajo tampoco recomendó la frecuencia con que se debe evaluar a las personas, porque no se ha realizado suficiente investigación en esa área, dijo Pignone.
"La recomendación del grupo de trabajo es que las personas se deben evaluar al menos una vez", señaló. "Mientras tanto, los profesionales clínicos deben usar su juicio sobre el riesgo de depresión de sus pacientes para decidir con qué frecuencia realizar las pruebas de detección".
Pero el grupo de trabajo sí enfatizó la necesidad de dar seguimiento a un resultado positivo con el tratamiento.
La Dra. Michelle Riba, ex presidenta de la Asociación Americana de Psiquiatría (American Psychiatric Association), se mostró de acuerdo en que los médicos de atención primaria deben ser capaces de tratar a la mayoría de pacientes con depresión.
Pero Riba añadió que los médicos deben desarrollar una relación con un psiquiatra a quien puedan consultar en los casos de depresión. Los psiquiatras pueden hablar con el médico por teléfono, revisar los expedientes del paciente y ayudar a decidir la mejor forma de proceder.
Los médicos también deben estar abiertos a otras formas de tratamiento para la depresión, como la terapia cognitivo conductual o la terapia de luz, dijo Elizabeth Saenger, una psicóloga con un consultorio privado en la ciudad de Nueva York.
La terapia de luz afecta la producción de la hormona melatonina en el cuerpo, y los estudios han mostrado que puede ayudar a aliviar los síntomas de depresión, señaló Saenger.
Tiene sentido que los médicos de atención primaria asuman el liderazgo en la detección de la depresión, porque son los que ven a los pacientes con más frecuencia, señaló el Dr. Alan Manevitz, psiquiatra del Hospital Lenox Hill en la ciudad de Nueva York.
Tratar la depresión puede ayudar a los pacientes a afrontar otros problemas de salud de los que sufran. "A medida que la depresión empeora, lo mismo sucede con muchas otras enfermedades crónicas", advirtió Manevitz. "La gente no cuida su salud igual de bien cuando está deprimida".