26/9/17

A los niños con necesidades especiales les acosan más y les va peor en la escuela [26-9-17]


A los niños con necesidades especiales les acosan más y les va peor en la escuela

El autor de un estudio enfatiza que hay que tomar en cuenta el bienestar del niño ‘completo’

Muchos niños con ‘necesidades especiales’ que luchan con problemas médicos, emocionales o conductuales con frecuencia también se enfrentan a problemas sociales y académicos en la escuela, sugiere un estudio reciente.

Investigadores de EE. UU. dieron seguimiento al progreso de más de 1,450 estudiantes de cuarto a sexto cursos en 34 escuelas rurales, y hallaron que un tercio se enfrentaba a necesidades especiales de atención de salud como asma, dolor crónico, trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), discapacidades del aprendizaje, y problemas emocionales o conductuales.

Esos niños, de tres grandes distritos escolares de Maryland y Virginia Occidental, también eran más propensos a ser acosados o a sentirse socialmente aislados en sus escuelas, y a perturbar más las clases, según el estudio de sección cruzada que aparece en la edición del 25 de julio de la revista Pediatrics.

“La salud afecta el rendimiento escolar”, anotó el coautor del estudio, el Dr. Christopher B. Forrest, profesor de pediatría del Hospital Pediátrico de Filadelfia. “Las necesidades especiales de atención de salud tienen efectos variados sobre los resultados escolares, que aumentan las probabilidades de que estos niños no hagan una transición exitosa a la adultez”.

Para el estudio, Forrest y colegas obtuvieron datos de encuestas de estudiantes y sus padres, que rellenaron un cuestionario que medía los problemas de salud a largo plazo que requieren de servicios de salud o causan problemas funcionales. Se determinó que los niños tenían una necesidad especial de atención de salud si sufrían de una afección que duraba más de doce meses y necesitaban intervenciones como fármacos recetados, terapia, consejería u otros servicios médicos, de salud mental o educativos.

Además, se observaron los registros escolares en cuanto a la asistencia, calificaciones y puntuaciones en pruebas estandarizadas de rendimiento.

Forrest dijo que el hallazgo de que uno de cada tres estudiantes tenía una necesidad especial fue alto, mayor que en una encuesta nacional de 2003 que indicaba que el 20 por ciento de los niños de 6 a 17 años sufrían de tales afecciones. Pero añadió que algunos de los problemas que surgen de las afecciones crónicas tienden a llegar a su punto máximo en las edades estudiadas por él y su equipo. Los chicos eran el doble de propensos que las chicas a tener una necesidad especial de atención de salud, halló el estudio.

Pero los hallazgos generales del estudio fueron desalentadores, lamentó Forrest. Los niños con necesidades especiales de atención de salud “tienen diferencias significativas en su participación y relaciones escolares, además del logro académico”, planteó. “Prepara una trayectoria para estos niños que es muy angustiante”.

La alta proporción de familias de bajos ingresos que viven en los tres distritos estudiados podría haber contribuido a los resultados del estudio, anotó Forrest, porque las escuelas de mayores ingresos podrían tener más programas disponibles para ayudar a los niños a ajustarse a las necesidades especiales antes de cuarto curso.

“No es un estudio nacional”, comentó. “Algunas comunidades podrían tener mejores recursos que otras”.

James Wendorf, director ejecutivo del Centro nacional de Discapacidades del Aprendizaje en la ciudad de Nueva York, alabó el estudio, y dijo que “observó al niño completo”.

“Ciertamente muestra una vez más que las discapacidades del aprendizaje tienen un efecto demostrable en el logro escolar de los niños”, comentó Wendorf. “Sabemos que los estudiantes con discapacidades del aprendizaje… se enfrentan a desafíos sociales y emocionales muy distintivos que pueden llevarles a situaciones difíciles. También sabemos que muchas de estas cosas se intensifican cuando los niños crecen”.

Y dado que el estudio usó un diseño de sección cruzada, Forrest dijo que no pudo descartar la causalidad inversa, que los niños con malos resultados escolares también tengan más probabilidades de ser etiquetados con una necesidad especial de atención de salud.

Dado que los problemas relacionados con estas necesidades especiales no pueden ser calificados solo como relacionados con la salud o la educación, Forrest también cuestionó en qué forma las comunidades pueden reunir ambos sistemas cuando cada uno está financiado de forma tan distinta.

“También creo que es el tipo de desafío que comenzamos a comprender en el siglo XXI”, dijo. “Tenemos que tomar en cuenta a la persona completa… y reconocer que los individuos necesitan que los sistemas de salud y los de educación trabajen juntos”.
 

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