28/3/17

¡Ojo! si su hijo menor de dos años se acatarra y tiene dificultad para respirar

¡Ojo! si su hijo menor de dos años se acatarra y tiene dificultad para respirar

La bronquiolitis es la primera causa de hospitalización en lactantes


abc.es

Si su bebé es menor de dos años y tiene un catarro, tos y dificultad para respirar, acuda al pediatra. Es posible que sea una bronquiolitis y hay que estar ojo avizor porque esta enfermedad es la primera causa de hospitalización en niños de esa edad, fundamentalmente, en menores de un año.

El doctor Martín Navarro, profesor titular de Pediatría de la Universidad de Sevilla, jefe de servicio y director de la Unidad de Gestión Clínica de Pediatría y áreas específicas del hospital universitario Virgen Macarena advierte a los padres de que toda precaución es poca porque, además, la incidencia va aumentando y no hay un tratamiento curativo, es decir, no hay una medicación contra el virus que la origina, si bien en la actualidad se está investigando sobre una vacuna y a los prematuros que les dan de alta en la época de más frío se les pueden suministrar unos anticuerpos pero no son eficaces al ciento por ciento.

La bronquiolitis es una inflamación de la vía aérea pequeña, o sea, los bronquiolos, y afecta a menores de 24 meses, preferentemente de menos de un año. Aparece con un catarro y dificultad respiratoria acompañada de sibilancias o pitos. El origen es una infección viral y, aunque hay varios virus, el más frecuente es el VRS (virus respiratorio sincitial), el responsable del 90% de los casos de bronquiolitis en lactantes.

Otra de las características de esta enfermedad es que cursa en brotes epidémicos. En España, de octubre a marzo o abril, siendo los picos ascendentes los meses de noviembre, diciembre, enero y febrero, los de más frío.

«En nuestro país —dice Martín Navarro— es la causa de hospitalización del 3,5% de los lactantes y del 15 al 20% de niños prematuros con menos de 32 semanas de gestación. Esos datos se pueden extrapolar a Sevilla perfectamente así como los de la incidencia de la enfermedad pues parece que hay una tendencia al alza en todo el mundo, sobre todo del número de casos que necesitan ingreso hospitalario y no puedo decirle a qué se debe porque no hay explicación». Lo que sí se sabe y se acepta, según este experto, es que el 90% de los menores de un año han tenido contacto con el virus VRS pero no todos han desarrollado una bronquiolitis.

Y los que la sufren tampoco la padecen con la misma intensidad pues hay diferentes estadíos de gravedad. Así, hay bronquiolitis leves que se tratan en casa y otras más severas que precisan de hospitalización y que pueden llevar a los niños hasta la UCI.

«Un niño menor de dos años con un catarro de vías altas que empiece con tos y dificultad respiratoria debe ir al pediatra porque es el cuadro de inicio de la bronquiolitis, y él decidirá, en su caso, si necesita tratamiento domiciliario u hospitalización, pero todos, todos, aunque no ingresen sí necesitan un seguimiento posterior», insiste Navarro no sin antes añadir que los menores con más factores de riesgo son los prematuros, cardiópatas, niños con inmunodeficiencias o con enfermedades neurológicas, pero sobre todo los pretérminos.

La enfermedad dura de 5 a 7 días y una vez que se supera hay veces que no tiene consecuencias y otras en las que los niños desarrollan un cuadro de sibilancias recurrentes o sea, que van a tener en un futuro bronquiolitis disneizantes de repetición.

El virus se contagia por la respiración pero también por el contacto. «Por eso es importante —sigue el doctor Navarro— que las madres se laven muy bien las manos, que se limpien los juguetes y todo lo que entre en contacto con el niño, que se evite la inhalación pasiva del tabaco, el hacinamiento en las habitaciones, las cuales deben de ventilarse bien, usar pañuelos desechables, un aporte de líquido adecuado, pero sobre todo el lavado de manos que ha salvado tantas vidas como la penicilina».

El diagnóstico inicial se hace sencillamente explorando al niño, si bien una vez en el hospital, en caso de que tenga que ir, se investiga el virus y se hace una serie de estudios, para entre otros fines, aislar a los pacientes.

En cuanto a los tratamientos, si la bronquiolitis es leve y el niño puede estar en la casa ha de tener «la hidratación necesaria, lavado nasal, aspiración de secreciones y estar en decúbito supino y con la cabeza levantada de 30 a 45 grados», dice el doctor Navarro que añade evitar fumar en la vivienda y no abrigar al niño en exceso y ser reevaluado cada 24 horas por el pediatra.

Si tiene dificultad respiratoria y está indicado que vaya al hospital una vez allí «hay dos cosas realmente eficaces: que esté bien hidratado y aporte de oxígeno en caso de que sea necesario». Según la gravedad, se ensayan algunos medicamentos para ver la respuesta con broncodilatadores inhalados, con adrenalina nebulizada y suero salino hipertónico, pero todo como un tratamiento sintomático y viendo la respuesta del paciente.

Pero hay un porcentaje de niños que necesitan ir a Cuidados Intensivos . Allí, además de la oxigenación disponen de unos sistemas de ventilaciòn mecánica no invasiva. Con una mascarilla con una presión adecuada se le administra el oxígeno y así se evita intubarlo.

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