14/3/17

Comida y ansiedad: La salud en peligro por los excesos

Comida y ansiedad: La salud en peligro por los excesos

La comida y la ansiedad se relacionan de una manera peligrosa para el organismo. El problema del exceso de comida, que puede terminar en obesidad, no se separa de esta emoción. Juntas pueden ser un combo terrible para la salud.


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El sobrepeso y la obesidad se refieren a la acumulación excesiva de grasa en el organismo. Tal como lo establece la Organización Mundial de la Salud (OMS), una persona padece de obesidad cuando el índice de masa corporal (cociente entre la estatura y el peso de un individuo al cuadrado) es igual o mayor a 30 kg/m² y sobrepeso cuando es igual o superior a 25.

La obesidad es una enfermedad crónica que se padece en todo el mundo. Según la OMS, en 2014 más de 1900 millones de adultos de 18 o más años sufrían sobrepeso, de los cuales, más de 600 millones eran obesos.

Por otro lado, la ansiedad es una emoción que aparece cuando una persona se siente en peligro, ya sea cuado la amenaza es real o imaginaria. Pero, ¿por qué la obesidad y la ansiedad se vinculan entre sí?

En muchas oportunidades, la comida se utiliza como forma para canalizar otros problemas que no se vinculan directamente con la necesidad de alimentarse.

Según investigaciones del Departamento de Medicina Familiar del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), los síntomas de ansiedad se vinculan con la obesidad. En la muestra se contó con 150 personas mayores de 18 años y menores de 60, todas excedidas de peso.

Los resultados respaldaron esta peligrosa relación. El 55% de los pacientes padecía una ansiedad leve; el 40% tenía ansiedad de moderada a grave, y el 5% no presentó ansiedad.

También se observaron otros síntomas de la ansiedad que se vinculan con la obesidad. Entre ellos se incluyen: tensión, humor ansioso, problemas gastrointestinales y en el sistema nervioso central, y modificaciones en el ánimo, el comportamiento, el pensamiento y las actividades fisiológicas.

La médica especialista en nutrición Mónica Katz realizó un estudio junto a la doctora Vanesa Anger para conocer la relación que existe entre la obesidad y la alimentación manejada por las emociones. Los resultados, publicados por Infobae, fueron concluyentes respecto a la relación de la emociones con la comida.

La investigación se realizó en base a 481 personas que consultaron en el centro de la doctora Katz. Entre ellas se encontraron 399 mujeres y 82 hombres. La ansiedad resultó ser la emoción que más se vinculó con la necesidad de comer, identificada en el 74% de las personas consultadas.

Pero también se identificó una diferencia entre las mujeres y los hombres. El 77% de ellas y el 61% de ellos manifestaron que canalizan su ansiedad a través de la comida. Katz afirmó: "Las mujeres son multitasking; cumplen el rol de amiga, madre, compañera, hija. Además, el género de por sí habla mucho, vive comunicando, une, soporta, siente y tiende a aguantar más emociones que el hombre. Y esto le genera el doble de estrés que al hombre y eso lo termina volcando en la comida".

La doctora Anger, también responsable de la investigación expresó que "el objetivo del trabajo fue estudiar la relación entre las emociones percibidas por la propia persona, sus preferencias gustativas y los hábitos alimentarios según el índice de masa corporal (IMC) y el género de quienes consultaron a nuestro centro". Y agregó: "Determinamos que los estilos de ingesta no saludables se asociaron a un mayor IMC".

Las personas que fueron estudiadas tenían una edad promedio de 45,79 años y un índice de masa corporal de 31,70 kg/m2. El 6,8% de los pacientes tenían un peso normal y saludable, el 29,9% sufrían de sobrepeso y el 53,2% de obesidad.

La médica Katz manifestó a Infobae que "una emoción es un estado mental y fisiológico conectado a una amplia gama de sentimientos, pensamientos y conductas. La ingesta emocional es conceptualizada como el comer en respuesta a estados afectivos, generalmente, vinculados a emociones negativas".

Para reducir la ansiedad es importante limitar el consumo de algunos alimentos y tener en cuenta otros aspectos.

-Disminuir el consumo de azúcar:
comer muchos alimentos con azúcar genera más necesidad de consumir otros del mismo estilo.

-Consumir agua:
6 vasos por día para evitar caer en la ansiedad.

-Actividad física:
es muy importante realizar alguna actividad física para calmar la ansiedad en las comidas. Permitirá mantenerse alejado de los problemas emocionales entre los que se encuentra la ansiedad.

-Respetar las comidas: si una persona se saltea una de las 4 comidas principales, llegará a la siguiente con más hambre. Esto lleva a que se consuman más alimentos y, en consecuencia, se aumente de peso.

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